martes, 17 de abril de 2012

Capítulo 5

Ya tenéis el quinto capítulo. Recordad que sólo quedan tres días ! :D 







Llego a casa y mi madre recibe con ilusión los nuevos alimentos. Prepara la comida y nos reunimos los cinco alrededor de la mesa de la cocina.
Ayer no cené y hoy no he comido nada hasta ahora, así que intento comer algo, aunque la cantidad no es muy grande ya que tengo el estómago cerrado.
Mientras comemos Vick nos cuenta algo sobre un gato que se subió a un tejado y que él le hizo bajar de alguna forma que desconozco, ya que estoy como ausente. Termino de comer y lo recojo todo, la verdad es que no me he dado cuenta de nada de lo que ha pasado durante la comida ya que, cuando vuelvo al mundo real están todos riéndose, todos menos yo.
Ver así a mi familia me recuerda que, por ahora, no me voy a tener que separar de ellos por culpa de los Juegos, aunque todos son más pequeños que yo, por lo que podrían salir elegidos cualquier año.
Ahora mismo, ellos son lo más importante para mí, pero solo dentro del Distrito 12.
Ahora mismo, la persona que más me importa va camino del Capitolio, si es que no ha llegado ya. Por fin esta noche tendré la oportunidad de verla, aunque estoy algo preocupado por la vestimenta que la harán llevar. Los trajes elegidos todos los años para nuestro distrito no es que hayan sido muy bonitos que digamos. La mayoría han sido un tanto ridículos. Pero me da igual, Katniss estará preciosa de cualquier manera, eso lo sé. De pronto se me viene la imagen de la cosecha, cuando la vi con ese precioso vestido azul. De no haber sido por el momento en el que estábamos, se me habría caído la baba sin duda.

Voy a la habitación. Ha sido un cúmulo demasiado grande de sensaciones y estoy cansado. Me tumbo en la cama y al instante me duermo. No sé cuanto tiempo estoy dormido, el caso es que cuando me despierto estoy mucho mejor. El cansancio ha impedido que me invadan las pesadillas, así que se puede decir que he tenido un sueño bastante tranquilo. Cuando me incorporo para levantarme, mi madre entra en la habitación con una pequeña sonrisa en la cara. Le devuelvo la sonrisa, esta vez no es forzada ni mucho menos, la siesta me ha sentado genial.
-¿Qué hora es? -pregunto, desorientado.
-Algo más de las siete.
¿Algo más de las siete? ¿Como he podido dormir tanto? Lo último que recuerdo es que cuando me acosté eran las dos y media, hoy habíamos comido algo antes de lo normal. A una siesta de cinco horas no se le puede llamar siesta, entre diario, por las noches, duermo algo más, pero muy poco.

-Toma, come algo. Antes no has probado la comida apenas.
En sus manos me trae una rebanada de pan untada con queso de cabra. Me acuerdo de aquella mañana en el bosque, que ahora veo tan lejana, cuando sólo hace un día que la vivimos.
Antes de que me de tiempo a pensar algo más, mi madre me recuerda algo.
-Tómatelo rápido, Prim ha venido a recordarnos que la ibas a acompañar a la plaza a ver el desfile. Menos mal que ha venido ella a recordárnoslo, porque no me habías dicho nada.
-Gracias -le digo por la comida-. Ah, es verdad. No me acordé de decíroslo, lo siento.
-No pasa nada cielo -dice acariciándome el pelo.
Después se marcha y me tomo la rebanada de pan, no es como la de ayer, de panadería. Es la que se hace en la Veta con los cereales.
Me lo termino enseguida y voy a cambiarme. Antes, me permito el lujo de darme una ducha, de agua fría, como siempre. No es que quiera arreglarme para ir a verla, porque ella no me verá, está a miles de kilómetros de aquí. Tengo la sensación de que los últimos días los tengo pegados a la piel como lapas, por lo que pienso que, al darme una ducha, todas las emociones y los recuerdos que me atormentan se marcharán por el desagüe.

Tras la ducha me siento bastante mejor. Es cierto, el peso que sentía encima se lo ha llevado el agua.
Me visto con una ropa más o menos aceptable y me peino. Cuando salgo, toda mi familia me está esperando en la puerta. Como no se bien si tengo que ir a recoger a Prim y a su madre a su casa, les digo que me esperen un momento, que voy a por ellas, pero nada más echar a andar las veo que van en dirección a mi casa.
Prim me lanza una sonrisa tímida y yo se la devuelvo. Cuando estamos los siete, emprendemos camino hacia la plaza. Al llegar no hay casi gente, y la que hay nos abre paso hasta el centro, para que lo veamos mejor, al fin y al cabo entre nosotros se encuentran su hermana y su madre.
Conforme va pasando el tiempo, la plaza se llena cada vez más de gente y, al cabo de hora y media, está a reventar. Agradezco de veras que aquellas personas nos dejasen colocarnos aquí, donde las vistas son espléndidas.
-Mamá, ¿falta mucho para ver a Katniss? -pregunta Rory, impaciente. Es la primera vez que escucho su nombre desde que se fue. Siento una pequeña punzada en el pecho y Prim, que está agarrada de mi mano, tiene la misma reacción y me aprieta la mano. La miro como diciéndola que no pasa nada y relaja la presión de su mano.
-No, tranquilo, pronto empezará.
Pero los niños, como todos sabemos, son demasiado impacientes y a los cinco minutos empiezan a correr y a jugar entre ellos. Me doy cuenta de que Prim y su madre están presentes, y no creo que tengan el cuerpo para fiestas así que con tono serio y firme les ordeno que paren.
-Oh, no pasa nada. Seguid jugando si queréis -dice la madre de Katniss, con un toque de nostalgia en la voz.
Si yo lo estoy pasando mal, no me quiero imaginar como lo estará pasando ella. Menos mal que los juegos de mis hermanos son interrumpidos por el himno del Capitolio, que suena en los altavoces situados por todo el perímetro de la plaza y veo su sello plasmado en la gran pantalla que hay frente a nosotros.
Al principio sale gente hablando, recordando algunas de las cosechas, entre ellas las de nuestro distrito. Todos vemos lo que dicen, la mayoría expresiones de lamento por Prim, pero me alegra oír como hablan de Katniss y del coraje que tiene.
Después de una larga charla entre ellos, empieza el desfile y las primeras carrozas empiezan a aparecer. Las cámaras van una a una, comentando los trajes y los tributos. veo a Prim alargando el cuello para poder ver la pantalla lo mejor posible y me doy cuenta de que ella también quiere ver a su hermana. La subo en brazos para que pueda ver lo mejor posible mientras me pregunto que traje le habrá tocado llevar este año.
Mientras sostengo a Prim en brazos, una de sus manos sigue agarrada a la mía. Vemos salir al Distrito 11 y nos preparamos para verla de nuevo.

Es entonces cuando anuncian la llegada del Distrito 12.
La veo. y de repente veo como su traje empieza a arder. Prim suelta un grito ahogado y yo le aprieto la mano, preocupado por verla salir ardiendo en directo. Pero ella no reacciona al fuego y me doy cuenta de que está a salvo. Su hermana y yo nos relajamos y me fijo en ella.
No lleva espesas capas de maquillaje, como otros tributos. Es más, está casi al natural. Pero está cambiada. Sacan un primer plano de su cara. La han arreglado las cejas, pero está preciosa. El traje es precioso también. Y el fuego realza todas y cada una de sus facciones.
Parece que en el Capitolio ya hay un favorito, porque todos empiezan a gritar su nombre y el de su compañero. Es entonces cuando me fijo en el. Va vestido exactamente igual, con la misma capa en llamas.
Las cámaras enfocan a todas las carrozas, pero en especial a la del Distrito 12, mientras los comentaristas alagan el trabajo de los diseñadores.
Miro la carroza y me percato de que Peeta Mellark y ella están cogidos de la mano. Miro fijamente la unión de sus manos y que son los únicos que parecen unidos. Los demás tributos están distantes entre sí. Supongo que será una estrategia para llamar la atención, pero no puedo evitar ponerme celoso.
Peeta y Katniss cogidos de la mano, exactamente igual que Prim y yo ahora. Tengo un impulso de soltarle la mano, pero lo veo un acto infantil y continuo mirándola, única y exclusivamente a ella. Hasta dentro de cuatro o cinco días no la volveré a ver, cuando le hagan la entrevista la noche antes de los Juegos.

Llegan al Círculo de la Ciudad y el presidente Snow les da la bienvenida. Tras un discurso del que no hago caso porque todavía estoy observándola, suena el himno y se dirigen al Centro de Entrenamiento, donde desaparecen después de cerrar las puertas.
Los comentaristas hablan sobre todo de los tributos del Distrito 12 y aseguran que ya han tenido que conseguir a una rica persona del Capitolio que les patrocine. Siguen repitiendo el desfile y nos quedamos hasta que la gran pantalla se apaga. Mis ojos no dan crédito a lo que acaban de ver. Dejo a Prim en el suelo y, tras despedirnos, cada uno nos vamos a nuestras respectivas casas.

Ceno verduras y un poco de pavo salvaje. La comida me entra mejor de lo que esperaba y, tras darnos las buenas noches, nos acostamos. Me duermo pensando en los posibles patrocinadores que habrá conseguido y sueño con ella. Mi chica en llamas.

7 comentarios:

  1. Acabo de descubrir tu blog y me he leido los 5 capitulos de golpe. ¡Es genial! :)

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  2. "y sueño con ella. Mi chica en llamas" Wooow esa última frase estuvo genial!! Me encantó el capítulo de hoy. Yo al igual que Gale estoy enamorado de Kat jajaja xD Y la película me gustó tanto que hasta la fui a ver 2 veces jaja xD, aquí en México ya salió hace como 3 semanas :D
    Aarón.

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    1. Jajaja que suerte ! aquí la estrenan mañana y ya estoy de los nervios ! $: ajaj

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  3. Hola
    Me encanta tu blog, la historia es genial.
    yo tengo un blog sobre Clove, te dejo el link por si te quieres pasar.http://lavidadeclove.blogspot.com.es/
    Te importaria afiliarme?
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