miércoles, 25 de abril de 2012

Capítulo 9



Entonces me fijo mejor en ella. Arquea las cejas pidiendo una respuesta y es entonces cuando la recuerdo.
Cony Crowley.
Tiene diecisiete años, uno menos que yo. Hace casi un año que no hablo con ella. Solía venirse con nosotros. Fue la novia de Larry durante un tiempo. Luego cortaron, pero nunca supe la razón. No es de la Veta. Vive cerca de la plaza y su ropa ha cambiado por completo a como la recordaba. Vestía como la mayoría de las chicas de aquí. Pero ahora lleva una falda bastante por encima de las rodillas y una camiseta con algo de escote, que no es muy común en este distrito. Nunca hemos mantenido una conversación muy larga, pocas veces han ido más allá de saludarnos. Tiene dinero, bastante más que la mayoría de nosotros. La verdad es que siempre ha sido muy reservada y casi nunca hablaba. No parece la misma persona que era hace apenas un año, no la reconozco.
-Cony- digo fingiendo una sonrisa.
-Así es- y, dicho esto, me planta dos besos, uno en cada mejilla. Aunque el segundo me da la impresión de que ha caído demasiado cerca de la comisura de mis labios. Acto seguido se da la vuelta justo delante mía. Su pelo casi me roza la cara y hasta mí llega un aroma dulce. No recuerdo haberlo olido nunca. Muevo la cabeza para desprenderme de su perfume, que sube hasta mi cabeza, y me reúno con ellos.
Pasamos la tarde entre bromas y risas. Hacía tiempo que no me iba con ellos, así que me ponen al tanto de todo. Luego, me preguntan el por qué de mi ausencia estos dos días, y les digo que tuve una extraña fiebre, pero no entro en detalles.
De vez en cuando, descubro a Cony mirándome fijamente, como intentando averiguar algo. Cuando ve que me he dado cuenta, en vez de apartar la mirada, me mira de forma aún más intensa y deja asomar una pequeña sonrisa en su boca. No sé por qué, pero no me gusta el cambio que ha dado. No es la misma. Entonces, Trevor me da un codazo y me devuelve a la conversación.
Cuando son las siete, casi todo el mundo se ha ido. Antes de marcharse, Cony se despide.
-Adiós Gale. Me alegro de volver a saber algo de ti. Déjate ver más a menudo, eh.
Asiento y se va.
De vuelta a casa, Trevor me acompaña.
-Te lo has pasado bien, ¿verdad?
-Sí, hacía mucho tiempo que no pasábamos una tarde juntos.
-Y tanto... ¿Has visto a Cony? ¡A que está cambiada!
-No sé, supongo- miento, aunque sencillamente, no me apetece perder el tiempo hablando de ella.
-Está tremenda. Hace apenas un año era una chica muy callada y ahora. . .
-¿Ahora qué?
- Pues que es de las chicas más atractivas del 12 Gale. Es muy caprichosa, todo lo que quiere lo acaba consiguiendo. Hasta los chicos- me mira esperando una reacción, pero al ver que no llega, prosigue- El mes pasado estuvo con tres, entre ellos yo- dice orgulloso-. Quien sabe, a lo mejor eres tú el siguiente.
-¿Yo? ¿Por qué?
- No sé. Esas miraditas antes, en el caserón, son algo sospechosas. Aunque a lo mejor me equivoco.
-No tienes ni idea- digo sacudiendo la cabeza y nos despedimos.

No puedo creer lo que me acaba de decir. Yo nunca le haría una cosa así a Katniss. Aunque no fuésemos más que amigos, yo estaba enamorado de ella. Lo estoy ahora y no tengo pensado cambiar de opinión en mucho tiempo. Con ella era realmente feliz y ninguna chica va a ocupar jamás su lugar, y mucho menos la primera que vea que, al parecer, tiene a los chicos como un reto y cuando los consigue los deja y se olvida de ellos. Es arrogante y mira a la gente por encima del hombro. No piensa más allá de ella y de sus caprichos. Es el polo opuesto de Katniss.

Katniss. . .
La echo tanto de menos. Sus ojos, su risa, su pelo, su forma de hablar, de caminar, de cazar. . . Añoro nuestras conversaciones despotricando contra el Capitolio, nuestros momentos en silencio mientras cazábamos. Ahora más que nunca tengo presente aquel abrazo en el Edificio de Justicia. El primero y quizá el último. No la tendría que haber soltado. Me gustaría haber podido parar el tiempo allí, en aquel abrazo, y hacerlo eterno.
Ya cerca de mi casa me encuentro a Prim.
-Hoy publicarán las puntuaciones- me dice.
-Ya, ya lo sé. Iba a casa para no perdérmelas- le respondo, sonriendo.
Entro en mi casa y mi madre me recibe con una gran sonrisa. Sus perfectos dientes alineados resplandecen a la luz del atardecer.
-¿Qué tal te ha ido la tarde?
-Muy bien. Hacía mucho que no quedábamos y me han puesto al corriente de todo.
Después de cenar, encendemos la tele. Es de las pocas veces que tenemos electricidad. Caesar Flickerman, el presentador del Capitolio que se encarga de lo relacionado a los Juegos del Hambre. Cuando se dispone a decir las notas del primer tributo, recuerdo la hoja con los nombres de los tributos de este año. Voy corriendo a por ella y llego justo a tiempo para anotar lo que ha recibido el tributo del 1. Los profesionales sacan entre un ocho y un diez, mientras que los demás rondan alrededor del cinco, excepto Rue, la chica del 11 que obtiene un siete. Es una nota bastante alta teniendo en cuenta su edad y el distrito del que viene.
Le toca el turno a Peeta Mellark, que curiosamente obtiene un ocho. Parece que al chico se le da bastante bien algo. Entonces llega el turno de Katniss. Cruzo los dedos con fuerza y veo el resultado obtenido.
¡Once!
Me quedo con los ojos como platos, mirando a la pantalla por si hay algún error. Es cierto que es buena, pero ha sacado incluso más que los profesionales. Seguro que los ha dejado a todos boquiabiertos.
-Así me gusta- susurro para mi interior y sonrío.

3 comentarios:

  1. Perfecto. Simplemente sin palabras :$

    ResponderEliminar
  2. Me gusta mucho mucho, me he pasado ya por tu blog hoy 3 o 4 veces para ver si habias colgado el capi ^^

    ResponderEliminar
  3. me encanta!!, de verdad :)
    y me preguntaba si podrias afiliarme , porfavor :)http://lavidadeglimmer.blogspot.com.es/

    ResponderEliminar